Arnaldur Indridason, VII Premi RBA de Novel·la Negra

El pasaje de las sombras és l’obra guanyadora de la setena edició.

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L’escriptor islàndes abandona momentàniament el seu inspector Erlendur Sveinsson, per donar pas a un policia retirat que serà l’encarregat d’investigar un cas del passat.

La novel·la transcorre a Islàndia  en dues èpoques històriques diferents , la Segona Guerra Mundial i l’època actual que arrenca en el moment en què la dos agents de policia van a un immoble de la capital islandesa alertats per una inquilina, preocupada perquè un veí seu fa temps que no dóna senyals de vida. Un cop accedeixen al pis descobreixen el cadàver d’un individu sobre el llit.

Arnaldur Indridason afegeix el seu nom a una llista liderada per grans autors del gènere com  Francisco González Ledesma, Andrea Camilleri, Philip Kerr, Harlan Coben, Patricia Cornwell i Michael Connelly.

Indridason és autor de les novel·les Las marisma,   La dona de  verd, Hivern àrtic, L’home del llac i La veu, publicades a les editorials Magrana-RBA.

Aquest any s’han presentat al  Premi RBA de novel·la negra  183 manuscrits procedents d’arreu del món.  Dotat amb 125.000 euros és un dels guardons més importants del gènere.

La novel·la  ‘El pasaje de las sombras’  d’ Arnaldur Indridason es publicarà a finals d’octubre en castellà, i en català  a principis de desembre.

Lorenzo Silva,  Soledat Puértolas, Antonio Lozano, Paco Camarasa i Anik Lapointe, i RBA han format part del jurat


Un tastet d’El pasaje de las sombras

“Flóvent instruyó a Thorson sobre la rica tradición islandesa de cuentos populares que habían convivido con el pueblo a lo largo de los siglos y se habían transmitido de generación en generación durante los largos y oscuros inviernos, cuando cada sonido que aullaba en el viento podía ser la aparición de un fantasma con heridas mortales abiertas, cada colina era morada de elfos y cada roca un palacio oculto.

Todo ello se entremezclaba con historias de ogros y troles que se convertían en piedra al llegar el día; cuentos de nykrar, criaturas que se hundían bajo el agua gélida de los lagos y asemejaban caballos pero con los cascos del revés; o relatos sobre tilberar, que succionaban la sangre de los muslos de las mujeres. Las historias más fantásticas surgían de la relación entre el hombre y la naturaleza, de las penurias con que se vivía en granjas miserables y del miedo a la oscuridad del invierno. Si además se contaban con verdadero ingenio y se sumaba una imaginación portentosa, nacían mundos legendarios que la gente podía considerar tan reales como la vida misma.

—Pero eso son cosas de los viejos tiempos, ¿no? —preguntó Thorson mientras llegaban al aeropuerto Patterson—. Me suena como sacado de épocas ancestrales.

—Supongo que la modernidad se está llevando todo esas historias por delante —dijo Flóvent—. Aunque no deja de sorprender cuántos creen todavía en elfos y seres ocultos.